Lema de la Universidad de Deusto

"Sapientia melior auro", "La sabiduría es mejor que el oro"
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viernes, 8 de noviembre de 2002

XXV ANIVERSARIO. SALUDO A LOS COMPAÑEROS (por Txema Montero, 18-X-2002)

Bilbao, 8 de Noviembre de 2002.
Queridos compañeros:
Como fin de fiesta y recuerdo para el futuro, os acompañamos las fotos del grupo y de la mesa que compartimos. Asimismo, os adjuntamos el discurso de Txema y la relación de compañeros de la promoción.
La próxima reunión debería ser en el 2007 y estamos dispuestos a realizar un “endoso pleno” de las actividades organizativas del evento sin contraprestación alguna.
Sólo nos queda agradeceros vuestra buena disposición que fue fundamental para el éxito de la cena del pasado 18 de Octubre.
Un fuerte abrazo.
Paula Pérez Iriondo. Mª Pía Arana Esturo. Juan Manuel Ruiz Aizpuru.




XXV ANIVERSARIO
SALUDO A LOS COMPAÑEROS



Muy queridos compañeros:
Paula Pérez Iriondo, Pía Arana Esturo y Juanma Ruiz Aizpuru, organizadores de este nuestro encuentro me encomendaron una breve intervención a los postres de la cena. No alcanzo a comprender porqué yo; miro a mi alrededor y veo ochenta y tantos que podrían hacerlo con más intensidad emotiva, con mejor claridad expositiva. Acepté el encargo porque en resumidas cuentas alguien tenía que hacerlo y sobre todo porque me resultaba imposible negarme ante quienes con tanta dedicación, cariño y esfuerzo han conseguido nuestro reencuentro.
Son veinticinco años los transcurridos desde que acabamos la carrera pero en puridad nuestra pequeña historia comienza 5 años antes, cuando al iniciarla nos conocimos en el Aula Magna de Deusto. Así pues en mi particular registro esta celebración de hoy la llamaría 25+5 porque si resulta importante el momento de nuestra licenciatura más lo es le vivencia conjunta en las aulas, esa experiencia compartida suma de encuentros y desencuentros, aspiraciones, competición académica y vital que conformó nuestro carácter y de alguna manera nos dio un cierto tono grupal.
En muchas ocasiones, al encontrarme con alguno de vosotros en asuntos profesionales, viajes, acontecimientos sociales o simplemente paseando, luego de reconocer al antiguo compañero, pasaba a recordar algún episodio particular donde la imagen final indefectiblemente era la del curso en su conjunto.
Quiero decir que el NOSOTROS irrumpe con fuerza en mi memoria y ello me resulta particularmente llamativo en un oficio como el que ejercemos, tan individualizador, tan autocentrado. Por eso me parece apropiado parafrasear en este momento a D. José Miguel de Barandiarán cuando constataba: “porque hemos sido, somos, porque somos, seremos”.
Los organizadores han invitado en representación de los profesores a D. Pablo Lucas Verdú y a D. Ricardo de Angel. Me resultaría extraño apear del DON a D. Pablo y me encuentro más cómodo tratando de tú a Ricardo.
Rebuscando en el porqué profundo de esta distinción, encuentro la diferencia en el talante de ambos.
DISTANTE PROXIMIDAD en D. Pablo, mayestático como profesor, cercano como ciudadano, PROXIMIDAD DISTANTE en Ricardo, siempre un punto irónico ante nuestra ignorancia que trataba de remediar y, sin embargo, perspicaz en el conocimiento de una generación que intuía destinada para el cambio.
Considero acertadísima pues la elección de D. Pablo y de Ricardo, dos representaciones de un mismo Derecho: lo que entonces estaba por aplicar, el Derecho Político, y lo que ya era, el Derecho Civil.
Debo recordar a los profesores que fallecieron. El inventario: padres Urrutia, Mañaricúa, Obieta, Solozabal, Arza, me hace caer en la cuenta de que la mayoría eran sacerdotes y sobre todo de edad, así pues se fueron por ley de vida. Leídas sus obras con posterioridad no dejo de afear mi pueril ignorancia cuando, como alumno, las menospreciaba por metodológicamente vetustas o ideológicamente diversionistas. En lo que tengan de bueno los proverbios, efectivamente: la ignorancia es atrevida.
La excepción, ni sacerdote, ni anciano, la constituye José Mari Lidón. La horrible confusión ya por entonces sembrada, entre causas y resultados, fines y medios, democracia como absoluto antes que cauce procedimental, derechos de nuestro pueblo anteriores a derechos de los ciudadanos, franquismo y españolidad, cuerpos represivos y policía, poder antes que ética, concluyeron casi ayer en el asesinato como instrumento político y en la muerte de Josemari como paradigma.
No estoy verbalizando una experiencia paulina, personal, de quienes, convencido de las virtudes libertarias de la violencia, acaba contemplando que el horror no tiene barreras; hablo de lo que en gran parte ha sido una experiencia conjunta: la bendita conclusión de que la búsqueda de la armonía social es una falacia; de que el conflicto jurídico, político o social, raramente se resuelve en su totalidad; y que nuestra pretensión debe ir dirigida a integrarlo, esto es, a aminorarlo, a reducirlo en la cotidiana convivencia.
Y un emocionado recuerdo para los compañeros fallecidos. La temprana enfermedad que se llevó a Luis López Espada y a la entrañable Elia Messeguer, la fatalidad del accidente de Juan Antonio Díaz Azcárate y a Pérez Truyolls, nuestras vidas quedan disminuidas por esas pérdidas.
Estos veinticinco años también han sido gozosos, hemos ido procreando, y en los rapidísimos repasos vitales, pregunta-respuesta acerca de nuestras vidas a pie de calle o a pie de Aranzadi, resultaba un jaleo de hijos buenos o malos estudiantes, o deportistas, historias de viajes exóticos, amores y desamores.
En otros momentos el conocimiento de nuestras andanzas era más solemne. A través de los medios de comunicación sabíamos de algunos, de sus carreras políticas o profesionales y con la imagen catódica o el sonido radial se abría paso una indefinida sensación de proximidad con la noticia, de ambivalente cosquilleo: te conozco, no comparto lo que dices o representas … pero. Ese pero no era otra cosa que el compañerismo, otra palabra rescatada que ahora hacemos nuestra con normalidad después de haberse desgastado por el mal uso.
Os miro y os reconozco, ¡cuan poco hemos cambiado!, no me refiero al “hardware”, ¡estáis mucho más guapas, estamos mucho más interesantes!, ESTOY HABLANDO DEL SOFT, uno espera siempre la opinión de Txelu Aurteneche, tan docta y circunspecta, sea hablando de fútbol como del Reglamento de las Juntas Generales del Señorío, así era, así es; el encantamiento por el teatro que Fernando Apraiz pronto manifestó encuentra el desenlace adecuado en el énfasis que pone en la defensa de sus defendidos, ¡Santo Dios, que defendidos!. Del teatro al cine sólo hay un paso y Ernesto del Río lo dio y en pirueta de doble salto mortal con red resultó a la vez jurídico, municipal y director de cine o lo que es lo mismo, la vida vista desde el derecho … y desde el revés, de la cámara. Nuestra pasionaria Itziar Arrieta sigue viviendo con pasión y os juro que es incapaz aún de hacer dos frases sanas sin intercalar un taco, os transmitirá la misma sensación de frescura de siempre. A Eduardo Mancisidor le vemos cada viernes levantando acta de las sesiones del Parlamento, por momentos tengo la impresión de que es el único imperturbable en ese ahora frenético lugar, quienes le conocemos desde entonces podemos dar fe que no podía ser de otra manera.
Isabel Arroita mantiene intactos su vigor y simpatía. Germán Barbier es tan “speedico” registrador como estudiante fue y tiene laa solución para el problema profesional que le planteas antes de que acabes de formularlo; la “dolcezza” (que en italiano es bastante más que suavidad) era el continente y contenido de Iñigo Basurto, era, y desde luego es; y si en un principio fue el verbo, el verbo era y sigue siendo Emilio Olabarria, ¡qué facundia!.
El dandismo de los Landin y Rafa Pont, la gentileza de Paula, la franqueza de Asier Loroño, la ingenuidad de Yolanda Fernández, la bonhomía de Juan Carlos Luco, la cordialidad de María Chapa, la agudeza de Juanma, mi muy querida Matxalen García Larragán.
El tremendismo del tigre Olarieta único que propuso la acción directa en las aulas arengando a la quema de los coches en el parking en su particular ¡Al Palacio de Invierno!, ante lo cual, insólita manifestación de un perenne mudo, Gerardo Toro irrumpió ¡El mío ni tocar!.
La certeza de José Acedo, la inocencia de Gloria Santos, la suspicacia de Fernando Sánchez, el arrabalismo de Morales Guasp, la perseverancia de Jon Zabala, la desenvoltura de María Martínez Ibargüen a quien un amigo mío inglés, con título, un día llamó “principessa”, el cosmopolitismo de Jon Bilbao, la contagiosa alegría de Begoña Oraa … De tantas fuentes hemos bebido …
Insisto, bien poco hemos cambiado, ¡que bien poco para bien!. Gracias de todo corazón a todos. Los no mencionados sepan que no es voluntario olvido sino obligada restricción la que les sitúa hoy en el cómodo silencio, los aludidos disculpen esta carga intencionada sin otro motivo que ejemplificar.
Guztioei Agur bero bero bat. Eskerrik asko.
Txema Montero. En el Euskalduna de Bilbao.
18 de octubre de 2002.

domingo, 20 de octubre de 2002

XXV Aniversario de la Promoción

Espacio reservado para la crónica de los actos de celebración del XXV Aniversario:
la convocatoria,
los asistentes,
la cena,
la compañía de dos ilustres profesores,
las intervenciones de quienes hicieron uso de la palabra,
alguna foto del día,
la reproducción del menú, si alguien lo conserva,
y cualquier otra cosa que se le ocurra a cualquiera.
¡¡REMITID TODO A LA DIRECCIÓN DE CORREO ELECTRÓNICO ...!!, lo "subiremos" cuanto antes.

viernes, 18 de octubre de 2002

La foto oficial del XXV Aniversario

Nos ha costado localizar fotos de la cena en que nos reunimos para celebrar el XXV Aniversario de nuestra Promoción, fue en el restaurante del Palacio Euskalduna, de Bilbao, y utilizamos la escalinatas centrales del edificio para la tradicional "foto de familia" (pinchar sobre ella para ampliarla), en la que estuvimos presentes 78 compañeros y, además, contamos con la siempre muy grata presencia de dos de nuestros mejores profesores, catedráticos, D. Pablo Lucas Verdú, de Derecho Político, y D. Ricardo de Ángel Yágüez, de Derecho Civil.
Las dos fotos inferiores recogen dos momentos de la cena; en la primera veis la mesa presidencial, con nuestros dos ilustres invitados, D. Pablo y D. Ricardo.
Y en la segunda, se ve otra mesa, con siete condiscípulos a punto de comenzar el festín. Si alguien dispone de más fotos, y no le importa que se publiquen en este medio, que las escanée y las remita a la cuenta de correo del blog (derecho.deusto.1977@gmail.com) con una definición no superior a un mega (1 MB).
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