Aunque no hayamos logrado conseguir una copia de la foto de un tamaño equivalente al original, que ocupa a dos columnas la totalidad (de arriba a abajo) de la página 22 de El Correo de hoy (es de suponer que se debe a criterios de proporcionalidad en las medidas de las imágenes en el programa de
blogger), la que veis aquí al lado encarna y acompaña perfectamente a los titulares de la noticia:
Y la pregunta o reflexión que nos hacemos surge de forma inmediata: ¡quien nos iba a decir a nosotros que uno de los nuestros (de nuestra Promoción) treinta años después tendría en su manos (y en la clavija de voto en su escaño en el Congreso de los Diputados) nada más y nada menos que el futuro del Presidente del Gobierno de España!, porque Emilio, además, es un experto (ya lo era durante la carrera) en derecho laboral y, es de suponer, que su criterio habrá sido el determinante de la postura de su partido en las negociaciones sobre la transferencia a la Comunidad Autónoma vasca de la competencia sobre políticas activas de empleo.
Aunque no hayamos logrado conseguir una copia de la foto de un tamaño equivalente al original, que ocupa a dos columnas la totalidad (de arriba a abajo) de la página 22 de El Correo de hoy (es de suponer que se debe a criterios de proporcionalidad en las medidas de las imágenes en el programa de blogger), la que veis aquí al lado encarna y acompaña perfectamente a los titulares de la noticia:
«Esta reforma es hija de un fracaso -el del diálogo social- y de un sucedáneo -semifracasado también-, que es un parlamentarismo insuficiente para llegar a posibilitar un solo voto positivo diferente al del Grupo Socialista» . Así comienza hoy en El Correo, el diario más leído en la Villa, la crónica de la intervención de nuestro compañero Emilio Olabarría en el pleno del Congreso de los Diputados de ayer, en el debate de la reforma laboral que finalmente quedó aprobada.
