Nuestra compañera Ana Urquijo escribe sobre Beti Duñabeitia

... sible el comienzo de una nueva era para el club, introduciendo aires de modernidad tan necesarios.

Como mujer, tengo que agradecerte tu gran sensibilidad para con todas las que entonces éramos ‘solo’ abonadas para convertirnos con la reforma que realizasteis en socias de pleno derecho. Dejaste una huella profunda en el club, sembrando la semilla de aquel gran equipo campeón que ganó tantos títulos en los primeros años de los 80. Me gustaba mucho hablar contigo. Aglutinabas la esencia más pura del bilbaíno de toda la vida. Hombre liberal, abierto, alegre y con ese puntito de socarronería sutil que hacían que los ratos que compartimos fueran deliciosos. ¡No te sentías poco orgulloso con tu doble condición de haber sido el único bilbaíno que había ocupado la presidencia del Athletic y la de alcalde de Bilbao! Y no es para menos. Has quedado para siempre en la historia de Bilbao y eso, amigo mío, es un honor que solo tú has tenido.

Recuerdo con mucho cariño la conversación que tuve contigo cuando accedí a la presidencia. Me manifestaste tu apoyo incondicional y tus ánimos en la convicción de que lo iba a hacer bien, conocedor, como eras, del profundo amor que sentía por el Athletic. Tus consejos me ayudaron mucho. Y ahora que te has reunido con tantas personas a las que has querido a lo largo de tu vida estoy segura que vas a tener la recompensa que mereces. Descansa en paz, amigo».